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Tenga cuidado con el «Daylight Spending Time»

daylight Saving Time
Escrito por Brian O'Connor

En lugar de ahorrar energía, el horario de verano nos obliga a gastar más dinero.

Una forma de descarrilar sus esfuerzos para pagar sus deudas es malgastar dinero o, lo que es peor, aumentar sus saldos de deuda. Si de repente sintió un gran impulso para hacer cualquiera de esas cosas durante el mes pasado, no se culpe a sí mismo. Culpe al sol

Resulta que el orbe gigante y ardiente, alrededor del cual giramos, no solo puede chamuscar su piel en la playa, sino que también puede quemar su billetera. Ese es el efecto del horario de verano, que alarga el día durante esa época estival. Pero, también puede servir como una señal en la primavera, para aumentar sus gastos para el verano.

Su mejor defensa es simplemente tener en cuenta que los días más largos pueden significar un gasto más discrecional. Luego planifique sus finanzas para evitarlo o ajustarse a ese hecho.

La historia del horario de verano

La luz del día extendida en el verano es una reliquia de la Primera Guerra Mundial. Originalmente se pensaba que con más horas de luz, harían que los lugares de trabajo y los hogares fueran más cálidos y mejor iluminados, reduciendo la cantidad de carbón quemado y liberando combustible fósil para el esfuerzo bélico. Pero desde la era del biplano y la cuerda de Victrola, la humanidad ha logrado inventar el aire acondicionado. Lo cual prácticamente elimina cualquier ahorro derivado de extender la luz del día durante los calurosos meses de verano.

El hecho de que adelantar el horario de los relojes cada primavera no ahorre energía parecería ya bastante malo, pero el horario de verano también lleva a los consumidores a gastar más dinero, escribe Michael Downing, profesor de la Universidad Tufts en inglés y autor de Spring Forward: The Annual Madness of Daylight Saving Time(La Locura Anual del Horario de Verano, en español).

Entre marzo y noviembre, todo ese exceso de sol nos lleva a organizar para salir de picnic, golpear en los campos de golf, navegar en bote o encender la parrilla.

El horario de verano se ha ampliado dos veces, y las dos veces los grupos de presión (lobbies) principales han sido la Cámara de Comercio, la industria del golf e incluso la Asociación Nacional de Tiendas de Conveniencia, que querían que las largas horas de luz diurna incluyeran Halloween.

«Las industrias de barbacoa y carbón vegetal dicen que ganan $ 200 millones en ventas con un mes adicional de aprovechamiento de la luz solar», dice Downing.

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Evite los gastos extras

La primera defensa contra gastar de más sin sentido, durante las horas extras de luz solar es, en primer lugar, tener en cuenta y considerar las alternativas. Antes de salir corriendo por un nuevo par de zapatos de golf o un frívolo vestido de verano, revise su guardarropa, y haga un inventario de lo que ya tiene. Si el mueble del patio o la mesa de picnic se ve en mal estado, considere repintarlos en lugar de apresurarse a comprar algo nuevo. Vaya a cualquiera de las tiendas de artículos para el hogar de Big Box y, justo al lado de todas esas parrillas nuevas y relucientes, encontrará piezas de repuesto que pueden mantener el modelo del año pasado funcionando durante años.

La segunda defensa contra el gasto de verano inflado es presupuestarlo. El verano viene con mayores costos. Desde vacaciones de verano para la familia, hasta el campamento y la guardería para los niños. Y el hecho de que, después de estar encerrados en casa durante todo el invierno, todos naturalmente queremos entretenernos en el parque o en la playa. Planear ese gasto, reservar dinero para ello y decidir dónde reducirá para pagarlo todo, le ayudará a disfrutar de su diversión bajo el sol, pero aun así mantener su presupuesto al día.

De lo contrario, es probable que descubra que lo único que hace que el horario de verano sea un poco más ligero, será su billetera.

Brian J. O’Connor es el autor del galardonado libro de presupuesto, “The $1,000 Challenge: 
“Cómo una familia recortó su presupuesto sin mudarse bajo un puente o viviendo del queso del gobierno».

Sobre el autor

Brian O'Connor